"Con los dictadores se habla en secreto".
Nadie sabe donde vive el dictador. Está escondido. Tiene temor de que lo vean y de que sepan donde vive.Como ha dicho Rivero en estos días, Vázquez se sentó en el sillón del carcelero, pero no recibió a la disidencia política ni a los líderes estudiantiles que esperaban ser escuchados. Seguro que Vázquez nunca sintió esa necesidad en su sangre. En nuestra dictadura, trabajaba como médico sin problemas. Otros uruguayos sí valoran y recuerdan la importancia de que una autoridad democrática que visita un país en d ictadura los escuche. La recordada visita del Rey de España al Uruguay es un ejemplo.El episodio de De Gaulle en Canadá, Vázquez lo usó mal. De Gaulle arriesgó y fue a Québec, atendió la disidencia aunque al final le suspendieron la visita y De Gaulle es De Gaulle, un grande y Francia es Francia, enorme; democráticos ambos; en cambio Vázquez fue, esta semana, una figura pequeña, muy pequeña.Vázquez fue acompañado en su visita por los adoradores del comunismo, Marina Arismendi entre otros. Los que durante décadas engañaron y mintieron descaradamente acerca de las supuestas "bondades del régimen". Para ellos Castro es un ícono y quizás bajo esa influencia Vázquez entendió que esa visita de Estado tenía más relevancia si se reunía con el dictador. Lamento decirlo, pero no me representó. En ese momento y por esa circunstancia no lo sentí el Presidente de mi país, como sí lo siento -aún en la discrepancia- todos los días. Lo sentí lejos, m uy lejos de la vida democrática, y cerca muy cerca del terrorismo de Estado que ha practicado el comunismo en Cuba durante 50 años. Muchos muertos, muchos encarcelados injustamente, muchos detenidos y torturados, muchas faltas de libertades, muchas restricciones de todo tipo, solo y únicamente para tener el poder y exportar la revolución antidemocrática. Cuando visitamos a las Damas de Blanco, o nos reunimos en nuestra visita a la isla con Payá, Roca o Marta Beatriz, sentimos que es una necesidad contar lo que les pasa, de informar por los presos, de denunciar la injusticia. Los escuchamos, solo eso, y lo agradecieron.Pero, claro...para algunos hay presos y presos, desaparecidos y desaparecidos, muertos y muertos, perseguidos y perseguidos, torturados y torturados. Los de ellos y los de los otros. Los propios importan, los otros no. Deleznable forma de hablar de Derechos Humanos.